«Biblioteca por Carlos Gómez – Recomendaciones, las mías.» PRIMERAS NOTICIAS .Núm. 88 (febrero 1989)

 

¡Hola amigos! ¿Estáis bien? ¿Habéis disfrutado con las vacaciones? ¡Seguro! Siempre ya no os acordáis, me refiero a las de Navidad, y no a las próximas de Semana Santa aunque casi tengamos un pie en ellas.

 

Parecerá que sólo pienso en no ir al instituto y en poderme levantar un poco más tarde por las mañanas y en no tener que hacer trabajos a mata caballo, pero hay otras cosas que me complace más hacer en vacaciones, y los que me conocéis un poquito ya lo sabéis de sobras, y es… ¡¡¡LEER!!! cuando y como quiera, en un sofá, a primera hora de la mañana en la cama bien arropadito, hasta altas horas de la noche cual noctámbulo trasnochador, ¡qué gozada!.

 

Leer libros-libros, de estos que no se pueden dejar tirados como colillas, que nos reclaman a toda hora, en cualquier momento y a los que claro, como estamos de vacaciones, sin horarios, podemos complacer dejándonos cautivar alocadamente. Caramba, voy como una moto, y es que a pesar que ya hace días que he vuelto a la dura rutina, el recuerdo perdura y me da ánimos para no odiar leer a pesar de las lecturas obligatorias. Ya está. Ya han vuelto a salir esas pesadas. Fuera de aquí. Hablemos de otras cosas.

 

Hablemos de otros libros, de vuestros libros. Pero ¿Qué os pasa? ¿Se os han helado las puntas de los bolígrafos? ¿Tenéis las manos entumecidas? Ya sé que los correos están que no dan abasto, pero ¿no será que no me escribís porque no leéis? No, ¡esto no! ¡por supuesto que no! O sea que, venga, no seáis remolones, hay que compartir lo que es bueno, y es que entre tanta producción cuesta encontrarlo. No seáis egoístas. Quedamos que yo solo no podía llevar el peso de esta sección, y ahora, de repente, me encuentro ante el peligro -es decir ante el dire- sin vuestras recomendaciones. Mi moral está por los suelos. Si no fuera por mis compañeros de biblioteca -entre ellos, Isabel ¡ah! ¡¡¡Isabel!!!- y los de otras bibliotecas juguetonas y animadas como la nuestra, no podría haceros llegar ninguna propuesta de lectura ajena a mi persona ¿Que también os interesan las mías? ¿De verdad? Bueno, si no es así no os queda más remedio que aguantaros y quejaros después, por correo, . ¡Ajá! ¡puede que así me escribáis!.

 

Bien, pues las pasadas vacaciones leí… Bueno, por lo que respecta al primer libro, leer leer no se puede decir que lo hiciera mucho, ya que se trata de un libro casi exclusivamente de imágenes. No, no es para bebés. Veréis: me dejé llevar por la publicidad y por esta vez me salió bien, he buscado a Wally, desesperadamente, alegremente, solo y conjuntamente con los amigos. «¡A ver quién lo encuentra primero!» «¿Has visto éste qué hace?» Menos mal que lo disfrutábamos en casa, en la biblioteca nos hubieran echado a la calle del jaleo que armábamos. (Dónde está Wally / Martin Handford, Barcelona, Eds. B, 1988). Me recordó y me sirvieron de entreno los libros de Hans Jürgen Press -¿los recordáis? – Las aventuras de la mano negra (Espasa-Calpe, 1981) y Diciembre (Espasa-Calpe, 1987) y también Los viajes de Anno, de Mitsumasa Anno (Juventud, 1983) en los que siguiendo al caballero viajero es un placer descubrir la historia y el desarrollo de otros continentes y países. También es la vista la que trabaja, no tanto como en el de Wally pero no por ello son menos interesantes.

 

El otro, porque hay otro, es El caballo y su jinete , de C.S. Lewis, publicado por Alfaguara en su colección juvenil de este año pasado. Es el tercer libro de una serie que transcurre en las extraordinarias tierras de Narnia, donde los animales hablan y donde todo el mundo se puede casar con quien quiere, qué cosas más extraordinarias ¿no os parece? Pero en Calormen, donde viven Shasta y Aravis, no son posibles, y los dos huyen de allí hacia Narnia, por separado claro, aún no se conocen. Esto pasará más adelante, cuando un león que no lo es aparece en escena. El libro está lleno de aventuras, el lenguaje es llano y directo, la narración es desenfadada y se dirige algunas veces directamente al lector, haciendo que nos integremos más en la historia. Puede que algunos lo encuentren un tanto infantil, pero yo creo que la fantasía y las aventuras que se resuelven mágicamente no tienen edad, y además yo tampoco la tengo, en cuanto a la lectura claro, en lo demás…

 

Bien amigos, os dejo con otros lectores que desde sus bibliotecas nos recomiendan:

«Me ha gustado mucho porque es divertido e interesante. Charlie, sus cuatro abuelos, sus padres y el señor Wonka pasan muchas aventuras en el gran ascensor de cristal. Charlie pronto será amo de la fábrica de chocolate, pero cuando van a visitarla salen disparados dentro del ascensor hacia el espacio. Cuando vuelven acaban de visitar la fábrica. Para conseguir que los abuelos salgan de la cama, ya que hace mucho que no salen de ella, les dan una píldora que quita años; el experimento sale mal pero los abuelos salen de la cama y todos quedan contentos».

 

«La Christie piensa que la cazadora que le han comprado no está de moda, y se inventa que es la de Indiana Jones, así todo el mundo la envidia. Como es muy espabilada conoce a un chico minusválido y se hacen amigos. Me ha gustado tanto que lo he leído tres veces.»

 

«Me ha gustado por la amistad. Un becerro que tiene una nube en la cabeza y un niño de la tribu que hacen de pastores. La amistad entre el becerro y el niño, que se hablan y van juntos a todas partes. El padre salva al becerro de un peligro y después se lo regala al niño.»

 

Ya está, ahora os toca a vosotros. ¿A quién? No lo sé, puede que a ti que me estás leyendo. No te lo pienses demasiado. Hasta pronto.

 

Recomendaciones las mías y las de las B.M de Premià, L’Hospitalet i el Barri Gòtic de Barcelona

Biblioteca de Carlos Gomez por Mercè  Escardó i Bas. 

A: El Periódico Juvenil.PRIMERAS NOTICIAS , núm. 88, febrero 1989, p.p. 18-19.

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