«Los bibliotecarios navarros unen esfuerzos» PRIMERAS NOTICIAS.  Núm. 88(febrero 1989)

Se celebraron en Pamplona, del 14 al 17 del pasado mes de noviembre, las Quintas Jornadas Bibliotecarias, que, bajo el enunciado «La biblioteca pública en la sociedad actual», ofrecieron a los bibliotecarios de la Red de Bibliotecas del Gobierno de Navarra, el marco adecuado para comunicarse e intercambiar sus experiencias a la par que conocer diferentes aspectos del trabajo que se está realizando en Catalunya.

 

En la foto: Maribel del Molino, Miren Vidauren, Carme Camps, Javier Iturbide, Mercè Escardó.

La Red de Bibliotecas del Gobierno de Navarra fue creada el año 1960 por el propio Gobierno. Las bibliotecas son fruto de un convenio entre el Servicio de Cultura «Institución Príncipe de Viana» y los ayuntamientos. El personal bibliotecario, que ha de tener como mínimo titulación de bachiller superior (algunos son licenciados y otros pocos -cuatro- tienen el título de diplomados por la Escuela de Bibliotecarios de la Universidad de Navarra), ha de pasar una oposición en la que debe demostrar sus conocimientos en biblioteconomía. Este personal depende directamente de la Red de Bibliotecas, así como también el fondo y el mobiliario inicial que se incrementa periódicamente. Las bibliotecas reciben además por parte del Gobierno una subvención anual, y el ayuntamiento debe aportar a su vez otra cuya cantidad sea la mitad de ésta.

 

Navarra cuenta con 515.000 habitantes y con 86 bibliotecas abiertas, de las cuales algunas están ubicadas en poblaciones de 300 habitantes mientras que otras de 3.000 no cuentan con este servicio. Los bibliotecarios de Pamplona y los de las bibliotecas comerciales trabajan 30 horas semanales, los de las otras 15.

 

Algunas preocupaciones

La preocupación que flotaba en el ambiente de las jornadas era principalmente la de cómo desarrollar un buen servicio bibliotecario con tal escasez de horas. ¿Cómo animar a la lectura? ¿Cómo seleccionar bien los libros? ¿Cómo ponerlos al servicio de los usuarios cuando los estudios específicos se suplen con voluntad autodidacta y la falta de horas con vocación y horas extras no remuneradas?.

 

Hace falta sensibilizar a las autoridades. Los lectores que ya lo son y los que lo son en potencia se merecen un buen servicio, los bibliotecarios, por su parte, ponen entusiasmo.

 

Durante las conferencias y coloquios destacó también en todo momento, a pesar de las diferencias de edades y por tanto las diferentes maneras de entender la profesión de los asistentes, una amigable convivencia, interés por conocerse mejor y entusiasmo para mejorar, si cabe y en lo que está a su alcance, el servicio que ofrecen cada una de sus bibliotecas. El factor personal, el más importante en todos los campos, está dispuesto para conseguir el objetivo principal: una lectura gratuita de calidad que siga el ritmo que los usuarios de la sociedad necesitan.

 

Aunque parezca un poco raro, quieren poder trabajar más y que se les reconozca la labor que desempeñan. Los bibliotecarios son mucho más que unos abrepuertas, controladores de libros, son los que dan vida a las bibliotecas.

 

El manifiesto sobre las bibliotecas públicas de la UNESCO dice que la biblioteca es una fuerza viva al servicio de la cultura y de la información y un medio para conseguir la paz y la comprensión internacional. Y los bibliotecarios de aquí, de allá y de todas partes son y queremos ser los motores que le dan fuerza.

 

Los bibliotecarios navarros unen esfuerzos

Escardó i Bas, Mercè,

A: PRIMERAS NOTICIAS  Núm. 88– febrero 1989.

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